PORTLAND.- Evangélicos de Estados Unidos, de Argentina, de donde era nativo y de otras naciones hispanoamericanas están en lamentaciones por el fallecimiento del evangelista Luis Palau, este jueves en Estados Unidos, a los 86 años de edad
La noticia fue comunicada por la asociación que lleva su nombre, en sus cuentas de redes sociales y en un comunicado a la prensa, donde indica que Palau murió en su casa en esta ciudad del Estado de Oregon.
Tuvo “una batalla de tres años contra el cáncer de pulmón en etapa IV. Tenemos el corazón roto, pero llenos de esperanza y fe. Servimos a un buen Dios que nos ama enormemente. Y papá dio su vida por compartir esa buena noticia con el mundo. Si quieres compartir algún recuerdo o nota sobre papá, o leer más sobre su increíble vida, visita https://LuisPalau.org”, escribió la familia.
Recuerda el enorme alcance que llegó a tener Palau como predicador, destacando que escribió más de 50 libros y habló en forma personal en más de 500 eventos masivos en 80 naciones del mundo, alcanzando a millones de personas, cara a cara”, indica otra parte del documento.
Tras destacar que por su gran influencia fue recibido por presidentes, empresarios, periodistas, representantes de la nobleza y distintos líderes mundiales, explica que Palau “partió con el Señor. A través de las campañas y eventos masivos realizados en decenas de países y ciudades del mundo, millones de personas conocieron del amor de Jesús (Jehoshwe). Oramos por su familia y equipo de servicio, que sean fortalecidos con nuevas fuerzas”.
Osvaldo Carnival, pastor de Catedral de la Fe, dijo que la Asociación Luis Palau recuerda que durante los años 70 y 80, el evangelista argentino “fue uno de los pocos predicadores extranjeros autorizados a realizar eventos de carácter espiritual dentro de la antigua Unión Soviética”.
“Cuando en 1991 cayó la `Cortina de Hierro, fue uno de los primeros en realizar campañas en estadios al aire libre en la región. Campañas similares en naciones aparentemente `cerradas al cristianismo´en el Medio Oriente y Asia también ayudaron a derribar barreras y establecer nuevos estándares para los esfuerzos de evangelización masiva”, precisa.