ROMA.= Catolicos de todo el mundo estuvieron pendientes desde este domingo 4 de octubre, de la nuev enciclica del Papa Francisco, firmada la vispera en el Convento de San Francisco de Asís, la cual fue presentada en el Aula Nueva del Sínodo, donde el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, explicó los temas mas importantes que el Pontífice pone de relieve para los fieles y el resto de la humanidad,
En su mensaje el pontifice pone de relieve los males de nuestro tiempo: el desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata, las mujeres y el tráfico de órganos.
Sobre sus derechos humanos sostiene que los límites y las fronteras de los Estados no pueden impedir que esto se cumpla y que "Así como es inaceptable que alguien tenga menos derechos por ser mujer, es igualmente inaceptable que el lugar de nacimiento o de residencia ya de por sí determine menores posibilidades de vida digna y de desarrollo”.
Sobre la inmigracion en las Americas, especialmente en la Latina, explica que “la cultura de los latinos es «un fermento de valores y posibilidades que puede hacer mucho bien a los Estados Unidos” o que “en Argentina, la fuerte inmigración italiana ha marcado la cultura de la sociedad, y en el estilo cultural de Buenos Aires se nota mucho la presencia de alrededor de 200.000 judíos”.
La enciclica “Fratelli Tutti” (Hermanos todos) es la respuesta que ofrece el Papa para construir un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las institucionesy no perder esta oportunidad sobre todo tras la pandemia de coronavirus, dijo el cardenal Parolin.
Recuerda lo hermoso que fue la politica de ntegración latinoamericana cuando en algunos otros países y regiones hubo intentos de pacificación y acercamientos que lograron frutos y otros que parecían promisorios, pero que luego la historia ha estado volviendo volviendo atrás, ya que ahora se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superadosy resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos.
El papa Francisco afirma que hoy día “es muy difícil sostener los criterios racionales madurados en otros siglos para hablar de una posible guerra justa”, a pesar de que en el catecismo se hable de la posibilidad de la legitima defensa mediante la fuerza militar".
Para que estos problemas puedan ser enfrentados plantea una una reforma “tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones”.