martes, 6 de octubre de 2020

Sabios judíos creen cumplida profecía de Ezequiel

 


Por יחזקאל ל”ז

JERUSALEN.- Los judíos han sufrido incontables persecuciones, matanzas y progroms en muchos paises y en distintos  tiempos de la historia, pero nunca como en la Shoah, ya que tanto en términos absolutos como relativos, nunca hubo una matanza tan devastadora como en esta cuando nunca antes  el pueblo judío estuvo tan cerca de desaparecer. 

"Hubo un momento, en 1944 o 1945, cuando los Nazis barrieron con medio millón de judíos de la comunidad húngara en solo 6 meses, o cuando ya nadie se atrevía a oponerse al Tercer Reich, o cuando Erwin Rommel estaba preparando las cámaras de gas en Túnez para transportar allí y gasear a todos los judíos del Norte de Africa, Palestina, Siria, irán e Irak, en esos momentos que perdimos todas nuestras esperanzas. Sentimos que estábamos condenados a morir o ya muertos. Enterrados. Era el final", comenta el autor.

Agrega que entonces, ocurrio el milagro que prometieron los profetas de Israel hace tanto tiempo atrás y que en el lapso de sólo tres años, que en el contexto de la milenaria historia de los israelitas es menos que pestañear,  comenzó el regreso a su pais.. 

"HaShem (El Eterno) nos sacó de nuestras tumbas y nos trajo de nuevo a Israel. Y desde las cenizas, el pueblo judío comenzó a renacer", cumpliendose la profecia de hace más de 2500 años atrás, del profeta Ezequiel (Yejezquel) , quien tuvo una visión profética  muy especial. 

"En esta visión (Ezequiel capitulo 37) HaShem lo transportó a un valle. Y en ese valle había huesos. Muchos huesos. Huesos humanos. Huesos secos. No hay nada mas muerto que un hueso seco.  Ezequiel lo vio y no dijo nada. Y entonces, en esa vision, HaShem le dijo a Ezequiel: “Hijo del hombre: ¿Crees tu que estos huesos podrán volver a la vida?. Y Ezequiel, en una combinación de humildad y sorpresa le contesto: “HaShem, D-s, sólo Tu los sabrás”, comenta.


Conforme a las Sagradas Escrituras,  entonces hubo un ruido ensordecedor y los huesos empezaron a moverse, huesos se juntaron con otros huesos y formaron esqueletos y estos  se revistieron de venas, y de nervios y de carne y finalmente se cubrieron de piel, convirtiendose en cuerpos humanos sin vida a los cuales Dios les introdujo aliento de viada.

  "Y entonces HaShem le dijo al profeta Ezequiel: Hijo del hombre, estos huesos son la casa de Israel. Ellos dicen, nuestros huesos se han secado, hemos perdido nuestra esperanza, hemos sido condenados [a desaparecer]. Por eso, quiero que profetices y les digas [a Israel]: así dice HaShem, D-s, he aquí que Yo abriré vuestras tumbas, y los levantaré de vuestras tumbas y los llevaré a la tierra de Israel. Y así sabrán que Yo soy HaShem, cuando abra vuestras tumbas, y los saque de ellas, pueblo mío. Y les concederé un espíritu de vida y reviviréis. Y los conduciré a vuestra tierra. Y entonces sabrán que Yo soy HaShem. Yo prometí y Yo cumplí.”,  enfatiza el comentarista judio.

Finalmente,  sostiene que "es imposible no conectar esta profecía con 1945 y 1948,ya que en 1945 estábamos condenados a desaparecer. Eramos huesos secos, o quizás peor, cenizas. Y entonces, cuando ya los Goyim pensaron que habíamos desaparecido, que ya nunca más volveríamos a ser un pueblo, que todas las milenarias profecías nunca se cumplirían, ocurrió el milagro más grande:  HaShem abrió nuestras tumbas, nos levantó y nos trajo a Israel. HaShem lo prometió y  lo cumplió".

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