JERUSALÉN .- Geólogos al servicio del Estado de Israel informaron al resto de la población mundial el reciente hallazgo de pisos de mosaico entre las ruinas de una edificación que podría ser la legendaria i"Iglesia de los Apóstoles",.
Conforme a la creencia de las autoridades judías, el templo fue construido sobre la antigua casa de los apóstoles Pedro y Andrés, seguidores del profeta Yejoshwa, cuyo nombre en hebreo significa salvador, muerto en cruz por soldados romanos en esta santa ciudad.
Las ruinas se encuentran en en el poblado bíblico de Betsaida, a orillas del mar de Galilea, al Norte de Israel, donde arqueólogos de Antigüedades de Israel y del Instituto Kinneret de Arqueología Galileana en el Kinneret College y Nyack College de Nueva York, hacen las indagaciones.
Portales de noticias de Israel destacan que los investigadores planean continuar las excavaciones el año en este 2022 con la meta de desenterrar completamente los restos de la basílica para poder responder a muchas preguntas que la rodean y finalmente confirmar que se trata de la Iglesia de Apóstoles, que habian estado buscando desde hace varios siglos.
Recuerdan que desde 2016, los arqueologos realizan excavaciones en el lugar y que ya en 2019 también habían anunciado el descubrimiento de una gran basílica de unos 27 por 16 metros de ancho y largo, rodeada por un muro de aproximadamente un metro de altura.
Indican que en esta ocasion, los científicos identificaron un gran ábside y desenterraron mosaicos que llevaban dos inscripciones, una de las cuales, la más pequeña menciona el nombre de un diácono y el plan de construcción, en tanto que la inscripción más grande es un medio medallón y habla del obispo y de la reconstrucción del edificio.
Conforme al profesor Mordechai Aviam, quien dirige las excavaciones, ya han coincidido en que estas dos inscripciones son típicas de las iglesias bizantinas y pueden servir como una prueba clara a favor de que se trata del legendario recinto religioso, cuya existencia se menciona en los viajes de un obispo bávaro llamado Willibald, quien visitó el área en el año 725 de esta era cristiana.
Por el momento, los arqueólogos no tienen una explicación convincente de por qué el edificio estaba escondido detrás de una pared sin puertas, pero una de sus hipótesis es que el muro fuera construido para preservar los restos de la iglesia después de ser destruida por un fuerte terremoto.
De acuerdo con otra versión, durante la Edad Media en el lugar de la iglesia fue construida una fábrica de azúcar, y la estructura sin puertas habría sido el sótano de la misma manufactura de producción azucarera.
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