CIUDAD DE MÉXICO.- Las bandas criminales siguen incontrolables en este país e incluso, hasta las propias autoridades mexicanas esta semana no les quedó otra alternativa que reconocer hasta la existencia de los denominados centros de exterminio, ahora en el Estado fronterizo de Tamaulipas.
Y fue que, conforme a portales estatales y nacionales, se produjo el hallazgo en este lugar de otro centro de exterminio que ha aumentado el horror entre los mexicanos, especialmente entre miles de familias que buscan como desaparecidos a sus seres queridos.
Al respecto, la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana, en entrevista con el portal W Radio, informó que se encontraba en camino a "una zona de exterminio", en referencia a un predio ubicado cerca del kilómetro 26 de la carretera Nuevo Laredo-Monterrey, donde hallaron restos humanos y otro crematorio clandestino.
Quintana apuntó preliminarmente que en el predio de "importantes dimensiones" encontraron "indicios de restos óseos calcinados", significando que se trataría de un "crematorio que ha sido utilizado durante varios años y que seguía siendo utilizado hasta hace poco".
"A lo que nosotros vamos es a recuperar estos restos humanos de manera digna y con la debida diligencia", afirmó Quintana sobre las labores de las autoridades en materia de identificación forense.
Recuerda que el pasado julio Quinitana dijo que las autoridades estimaban que habría "unos 500 kilogramos de restos óseos calcinados" en otro centro de exterminio conocido como La Bartolina, un brazo de mar ubicado en Matamoros, Tamaulipas, a unos 12 kilómetros de la costa del Golfo de México y muy cerca de la ciudad de Brownsville, Texas.
La existencia de este sitio, que habría sido operado por el sanguinario Cártel del Golfo, era conocida por el gobierno mexicano desde abril de 2016, según una investigación denominada "A dónde van los desaparecidos y Elefante Blanco".
Los centros de exterminio son utilizados por grupos de la delincuencia organizada para asesinar, deshacerse de los cadáveres —mediante la disolución o quema de cuerpos— y enterrar los restos óseos. En estos sitios remotos y en abandono, donde a veces las autoridades apenas encuentran credenciales o ropa de las víctimas.
Recuerdan que los colectivos de familiares que buscan a sus seres queridos han localizado 57 centros de exterminio en Tamaulipas, sobre lo que en febrero de 2019, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, acudió a un sitio conocido como Rancho el Papalote, donde el sanguinario cártel de Los Zetas —formado por militares de élite que desertaron de las Fuerzas Armadas— había instalado un sistema para incinerar cientos de cuerpos con diésel y leña.
Otros campos de exterminio han sido localizados en el estado de Veracruz., donde en el municipio de Tihuatlán, se han encontrado miles de huesos calcinados en un sitio conocido como La Gallera, que presuntamente perteneció a Los Zetas. Los colectivos también señalan que agentes estatales, bajo el mando del exsecretario de Seguridad Arturo Zurita, torturaron y desaparecieron a decenas de jóvenes en El Lencero, la Academia de Policía en Xalapa.
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