jueves, 17 de junio de 2021

Cangrejos y langostines enfurecen con antidepresivos



MIAMI.-  Científicos y otros investigadores de la Universidad de Florida, Estados Unidos,  descubrieron que la contaminación con antidepresivos, circunstancia a la que están expuestos regularmente los langostinos de río y los cangrejos puede volver a esas criaturas más "audaces" y feroces en su defensa cuando son capturados para el consumo.


  No obstante según publica la reviste Ecosphere, los investigadores  han centrado el objetivo de su estudio  en esta  relevante alteración de la conducta de la especie,  debido al papel fundamental que juega  en los ecosistemas acuáticos.

Temasactualesrd  recuerda que los crustáceos figuran entre las especies de animales prohibidos comer en las Sagradas Escrituras de Israel, debido a que en unos casos, como el cangrejo, andan sobre mas de cuatro patas y en el de los langostinos, también llamados camarones entre los hispanoamericanos, no tienen escamas, sino una especie de capa epidérmica. 

Los  académicos recuerdan que  los antidepresivos llegan a ese entorno a través de las aguas residuales tras ser excretados de forma natural por los humanos, lo que constantemente expone a la fauna acuática a bajas concentraciones de ese fármaco.

"Para comprobar los efectos que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS, tienen sobre estos crustáceos, los autores llevaron a cabo un experimento en cangrejos que fueron introducidos en un laberinto en forma de Y, donde los estimularon a elegir entre uno de los dos brazos de la estructura, uno de los cuales contenía sustancias químicas que indicaban la presencia de alimentos, mientras que en el segundo se evidenciaba la presencia de otro cangrejo", explica la publicación.

Detalla que tras comparar los resultados obtenidos en la población sometida a antidepresivos con respecto a un grupo de control, los expertos descubrieron que los ISRS provocaban que los cangrejos se volvieran más furiosos y salieran de sus refugios a explorar el brazo con esencia de comida. 

"Los cangrejos de río expuestos al antidepresivo salían a la intemperie, emergiendo de su refugio, más rápidamente que aquellos no expuestos al medicamento. Ese cambio de comportamiento podría ponerlos en mayor riesgo de ser comidos por un depredador", señaló Lindsey Reisinger, coautora del estudio, quien aseguró que tal situación "puede tener un efecto dominó en esos ecosistemas".

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