Como ejemplo cita el caso de una mujer que fue tratada en el hospital y dada de alta, cuyo marido llamó luego a los médicos, alarmado porque la mujer se comportaba de manera extraña, se ponía y quitaba el abrigo de forma repetitiva, asustada decía ver leones y monos en casa y hasta deliraba y vociferaba que alguien la estaba persiguiendo dentro de la casa.
«Incluso se mostró agresiva con su familia y el personal médico. Solo mejoró tras tratarla con haloperidol y risperidona, dos medicamentos antipsicóticos. Es un caso extremo, pero es parte de lo que el coronavirus le está haciendo al cerebro de algunas de las personas a las que infecta», precisa la publicación.
«Sus primeros resultados, publicados ayer en la revista Brain, muestran un amplio espectro de impactos del coronavirus en el cerebro. Los autores de este seguimiento los han clasificado en cinco categorías: encefalopatías con delirios y psicosis como el de la mujer de 55 años, procesos inflamatorios en el sistema nervioso central, accidentes cerebrovasculares como el ictus, trastornos neurológicos en el sistema nervioso periférico y un último grupo que no saben cómo clasificar», precisa la cronica.
Agrega, empero, que lo que no pudieron establecer es que haya una relación entre el grado de gravedad de la covid y la aparición de problemas neurológicos, ni tampoco han encontrado una relación entre la gravedad de la covid y la aparición de problemas neurológicos.
«Además de las encefalopatías ya detalladas, lo más habitual son los síndromes neuroinflamatorios como la encefalitis autoinmune, provocada por el propio sistema inmunitario en su lucha contra el coronavirus. Otra manifestación que ha llamado la atención es la alta incidencia (24%) de la ADEM, o encefalomielitis aguda diseminada. Aunque rara, la ADEM afecta casi siempre a niños y adolescentes. Aquí, la muestra iba desde los 16 a los 85 años», precisa.
Indica que en otro grupo de pacientes, todos menores de 65 años, el coronavirus acabó provocando un accidente cerebrovascular. Ya sea en los vasos sanguíneos de los pulmones o los que llegan hasta el cerebro, el virus, que se ceba con las células del endotelio, que forma la pared interior de los capilares sanguíneos, facilitaría la formación de trombos, de coágulos que se atascan en el cerebro, mientras que otros siete enfermos desarrollaron el llamado síndrome de Guillain-Barré, en el que son las propias defensas las que atacan a los nervios.
Expresa que el investigador del University College de Londres, principal autor del estudio Michael Zandi, dijo que el objetivo de este estudio era describir los síndromes en detalle para alertar sobre ellos e impulsar más investigaciones”.
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