LONDRES, - Tras el reciente golpe de Estado en Sudán el tiempo apremia para que el famoso río Nilo, desde la época de los faraones en Egipto, vuelva a dejar ver su enorme piedra de la discordia con Etiopía, porque todavía sigue siendo la gran fuente de vida y riqueza para millones de personas en ambas naciones.
Conforme presagia este jueves el portal de noticias Reuters, con poblaciones que se elevan a lo largo de sus 6.700 kilómetros de longitud, el Nilo es cada vez más una fuente de tensión y que el golpe de Estado ha aumentado las probabilidades de que los desacuerdos, particularmente sobre la construcción de una enorme represa hidroeléctrica en Etiopía, se conviertan en enfrentamientos.
Recuerda que Egipto y Sudán son los mayores beneficiarios de la generosidad del río y que gracias a la geografía (son los más río abajo de los 11 países de su cuenca) y a la historia.
Asimismo, rememora que el "Acuerdo de las Aguas del Nilo" firmado en 1959, negociado con la Gran Bretaña colonial, asignó todo su flujo anual a ambas naciones, dividido entre 75 y 25 a favor de Egipto, en tanto que los otros nueve países aguas arriba no obtuvieron nada.
Advierte que lo que era injusto en ese entonces es peligrosamente insostenible ahora, ya que desde el 1959, la población de Etiopía, cuyas tierras altas centrales contribuyen con el 80% del flujo del Nilo, se ha quintuplicado a 115 millones, lo que la convierte en la nación más poblada de África después de Nigeria.
Agrega que su economía ha experimentado una transformación aún más dramática, triplicando su tamaño en la última década a casi $ 100 mil millones, gracias a una fuerte inversión interna en manufactura y agricultura ávida de agua.
"La manifestación más clara de la nueva influencia de Addis Abeba es la "Gran Represa del Renacimiento de Etiopía (GERD)" una barrera hidroeléctrica de $ 5 mil millones que está a punto de completarse a través del Nilo cerca de la frontera con Sudán", destaca.
Una vez llena, debería generar más de 6 gigavatios de electricidad, casi tres veces la capacidad instalada actual de Etiopía, en tanto que, por lo general, los 45 millones de habitantes de Sudán se beneficiarían de energía verde barata en su puerta, especialmente porque la suya proviene del costoso diesel importado.
"Pero con la implosión de su propia economía (la inflación superó el 400% en julio), la mayoría de los sudaneses están más preocupados por los niveles más bajos de agua del Nilo, especialmente durante los años que llevará llenar la presa del GERD. De ahí el frecuente ruido de sables del ahora ex primer ministro civil Abdalla Hamdok hacia Addis".
Expresa que ahora, con Hamdok destituido, la situación parece peor. Jartum ha recibido una tarjeta amarilla por parte de la Unión Africana, el organismo regional al que recientemente el Consejo de Seguridad de la ONU ordenó mantener a raya los ánimos de la ERGE, lo que va a dificultar la diplomacia del agua.
Todo esto a proposito de que las fuerzas armadas de Sudán tomaron el poder este 25 de octubre, derrocando a un gobierno de transición civil-militar creado después de la destitución en 2019 del autócrata a largo plazo Omar al-Bashir, lo que al menos solo ha causado, hasta ahora, siete personas muertas y 140 heridas en enfrentamientos entre soldados y manifestantes.
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