GUATEMALA.- Una parte de la población mundial ha estado atemorizandose por las frecuentes denuncias sobre desapariciones de menores de edad en esta nacion latinoamericana, sin que las autoridades hayan sido capaces de ponerle fin a ese problema social que tanto perjudica la nacion.
El problema es tan extremo que durante el 2020 se registraron más de 4.000 desapariciones de menores de edad en un país que sigue luchando por acabar con esta lacra social, sobre lo que muchos consideran que detrás se esconden fenómenos socioeconómicos, el aumento de la delincuencia y la falta de un verdadero control por parte de las autoridades.
Las desapariciones forzadas, que en muchas ocasiones están acompañadas de torturas, violaciones y asesinatos, son un mal que datan de la época de la guerra civil guatemalteca y que, 25 años después de la firma de los acuerdos de paz, aún siguen siendo un estigma para el país, publica el portal ruso de noticas RT.
Agrega que esta problemática azota mayoritariamente a las zonas de bajos recursos y áreas rurales en un país marcado por la falta de protección a los niños y adolescentes y en un marco de corrupción y de contrabando, al que se suma la pobreza en la que se ven inmersos muchos niños y niñas en medio del aumento de las pandillas llamadas maras.
Cita a Pilar Ramírez, directora del Centro Internacional para Niños Desaparecidos y Explotados (ICMEC), quien dijo no concebir que las autoridades hayan permitido que se llegada a tan extrema situación actual.
Sostuvo que se trata de "un fenómeno que ha existido siempre" pero que se visibilizó más durante la guerra interna, porque cn la masacre en muchas comunidades muchos niños quedaron sin cuidado parental y "fueron sustraídos y llevados a otros países con un proceso irregular de adopción".
"Era toda una red de crimen organizado que se dedicaba al tráfico de personas en la modalidad de adopción irregular. Estaban involucrados inclusive jueces", manifestó.
"Entonces empezó una fábrica de corrupción", relata la directora del ICMEC, en la que se buscaba a mujeres jóvenes e indefensas y se las engañaba para quitarles a sus niños y realizar un trámite de adopción..
"Lamentablemente esto se volvió un círculo de corrupción masiva, donde los notarios tenían relación con casas hogares, con gente que trabajaba en el registro civil, con doctores, con el Ministerio de Salud, comadronas...", explica Ramírez, lo que da la idea de un verdadero pandemonium en Guatemala.
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