JERUSALÉN.- Contrario a los dominicanos y otros gentiles, que cumplen con la orden de Dios de dar el diezmo del salario que ganan, los judíos diezman, pero no para que el dinero sea usado por sus pastores rabinos, sino que se lo regalan a los pobres, según los portales Israel TB y Judios.Org.
Se ha hecho habitual entre los dominicanos y otros gentiles en sus iglesias católicas y evangélicas, que el dinero que aportan los fieles es utilizado por sacerdotes y pastores, muchos de los cuales compran bienes y se hacen ricos.
Sobre el aporte del diezmo de los judíos, ambos portales precisan en una crónica que desde la niñez reciben la información de que está prohibido empobrecerse por medio de repartir todas sus posesiones en obras de caridad y que quien lo hace es contado entre quienes son religiosamente tontos y traen destrucción al mundo.
"De todos modos, un mínimo del 10% del ingreso de la persona le pertenece a Dios y debería usarse para caridad u otros propósitos religiosos. Esta es una medida que aprendemos de los patriarcas, como Yaakov mismo le dijo a Dios: “De todo lo que me des, separaré un décimo para ti” (Génesis 28:22).
Precisan que con el Antiguo Testamento han aprendido su deber de dar un décimo del ingreso para caridad, de acuerdo con el versículo... “Honra a Dios con tu riqueza y con el primero de los frutos de todo lo que produces” (Proverbios 3:9).
La crónica explica que Una persona que da menos de un décimo de su ingreso para los pobres es considerada miserable y que dar caridad es un mandamiento positivo, como declara: ...“Abre tu mano generosamente y bríndale [a tu hermano en necesidad] todo crédito que necesite para ocuparse de sus necesidades” (Deuteronomio 15:8).
Asimismo, ademas del diezmo, los judíos piadosos regalan un tercio de shekel por año de todos sus ingresos para el templo como está escrito: “Hemos aceptado sobre nosotros mismos donar un tercio de shekel por año para el servicio de la casa de nuestro Dios” (Nejemias 10:33).
Finalmente, como dicen las Sagradas Escrituras ..: “…el sebo (lo mejor) es para Dios” (Levítico 3:16), entienden que cuando una congregación construye una sinagoga, debería hacerla tan bella como sea posible, porque “Nuestro Dios nos ha hecho un favor… para elevar a lo alto la Casa de nuestro Dios” (Ezdras 9:9).
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