HOUSTON.- Autoridades del FBI y de la policía estatal de Texas ubicaron y arrestaron en cuestión de horas a esta pareja acusada de la muerte de uno de tres menores que convivieron por casi un año con el cadáver de un cuarto, en un apartamento del cual se habian mudado, dejándolos solos a su propia suerte.
El hallazgo de los chiquillos ha causado conmoción entre los estadounidenses porque fueron hallados desnutridos, hambrientos y en condiciones deplorables, dijeron las autoridades, agregando que uno de ellos tiene un golpe tan fuerte en la mandíbula que debe ser operado, publica el portal Univision Noticias..
Detalla que los investigadores no se han podido explicar cómo los pequeños pudieron soportar el hedor del cuerpo que estuvo "a plena vista" en el apartamento desde que el niño, que se cree tenía 8 años, murió cerca del día de Acción de Gracias del año pasado.
Los policías encontraron un esqueleto seco, aunque se pudo determinar que falleció a causa de un "golpe contundente", precisa el portal, agregando que las autoridades sospechan que le fue propinado por el novio de la madre de los niños, Brian Coulter, quien ya fue imputado por el crimen.
En cuanto a la mujer identificada como Gloria Williams fue acusada de lesión a un niño por omisión y por alterar evidencia.dijo Ed González, sheriff del condado Harris, quienes recibieron el llamado de socorro el domingo pasado y que fue espantosa la escena con la que se encontraron los investigadores en la zona de Green Crest.
"Fue la escena más perturbadora que (los agentes que acudieron) hayan visto en toda su carrera. Demasiado horrorosa para ser real", dijo el alguacil., agregando que la vivienda no tenía siquiera muebles y que estaba infestada con cucarachas y moscas.
Los niños recibían alimentos que les enviaba la madre —comida chatarra, como fideos y bebidas gaseosas— y habían dejado de ir a la escuela en mayo pasado. La madre los había abandonado allí hacía unos meses y se había mudado a otro lugar con su novio, explicaron las autoridades..
Dos de los pequeños, de 9 y 7 años, no salían del lugar. Solo lo hacía un adolescente de 15, que fue quien se atrevió a hacer el llamado pidiendo ayuda a las autoridades.
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