BEIRUT.- Dos fosas comunes con huesos secos de soldados asesinados durante las tres guerras que los cruzados de Europa libraron contra los turcos en la Tierra Santa para rescatar los lugares santos, entonces ocupados en Israel, fueron hallados por un grupo de arqueólogos internacionales en una zanja seca del Castillo de Sidón, en el Líbano, antigua Fenicia.
En un informe divulgado al mundo, detallan que se trata de un par de fosas comunes con los restos de 25 soldados cristianos aniquilados durante Lass Cruzadas medievales que datan del siglo XIII, conclusiones a llas que llegaron los expertos tras haber estudiado las osamentas, conforme publica la revista PLOS ONE.
Temasactualesrd recuerda que las guerras de Las Cruzadas fueron libradas por los cruzados de Europa, naciones casi todas habitadas por católicos y luteranos, indignados porque los turcos se habían apoderado de los lugares santos de Israel, en cuyas Sagradas Escrituras creen religiosamente.
Explican que para sostener que dichas osamentas eran de los cruzados tuvieron en cuenta que en el lugar de las excavaciones encontraron hebillas de cinturón al estilo europeo, junto con una moneda de dichos caballeros.
Además, un análisis de ADN e isotópico de los dientes de los soldados caídos apuntó a que algunos de los hombres habían nacido en Europa, mientras que otros habían sido vástagos de los cruzados que se habían mezclado con los locales de la Tierra Sagrada.
"La datación por radiocarbono estableció que los soldados habían muerto en el siglo XIII. Sobre la base de los registros históricos también se estableció que los luchadores habrían fallecido durante un asalto del Castillo de Sidón en 1253 por los mamelucos o en 1260 durante el ataque de los mongoles", precisa el informe.
Consideran que los cruzados habrían perecido durante una de dichas batallas, ya que algunos huesos tienen heridas de puñaladas y cortes de espadas y hachas, en tanto que la mayoría de heridas se concentra en las espaldas, lo que da lugar a suposiciones de que los soldados habrían sido atacados por detrás, mientras huían del enemigo y decapitados por tener heridas en la nuca.
"La carbonización de algunos huesos sugiere que usaron fuego para quemar algunos de los cuerpos", explicó uno de los autores del estudio Martin Smith, citado en un comunicado de la Universidad de Bournemouth (Inglaterra), en tanto presume que los cadáveres de los caballeros habrían sido enterrados por el rey Luis IX de Francia durante la Séptima Cruzada en 1253.
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