ROMA.- El papa Francisco valoró este jueves santo la importancia religiosa de la cruz, que según sostuvo, estuvo siempre presente la vida de "El Señor", palabra sinónima de Adonai como los judíos invocan a Dios, de la que dijo que no debe causar estupor que ese símbolo estuvo presente en su vida hasta su muerte en Jerusalen, Israel.
Conforme al Evangelio, "El Señor", en referencia al profeta Joshwe, que en hebreo significa salvador, muerto en cruz por soldados romanos con la anuencia de Poncio Pilatos, en varias ocasiones dijo a sus discípulos ser hijo de Dios..
Precisamente ese fue el segundo motivo por el cual los sacerdotes de Israel pidieron su crucifixión tras la traición de Judas, uno de sus discípulos, por considerar que blasfemaba y por haber profetizado la destruccion del templo y de Jerusalen, lo que luego ocurrió 40 años después cuando el general romano Tito Vespaciano hizo su entrada a Jerusalen.
En la misa crismal de este Jueves Santos, el Papa describió los diversos momentos en la vida de Jesús en los que está presente la cruz con la siguiente expresion, “Está presente ya en la primera turbación de María ante el anuncio del Ángel; está presente en el insomnio de José, al sentirse obligado a abandonar a su prometida esposa; está presente en la persecución de Herodes y en las penurias que padece la sagrada familia, iguales a las de tantas familias que deben exiliarse de su patria”, en alusión a que el Evangelio dice que tuvo que huir a Egipto por orden de Dios.
El Papa también sostuvo que “la cruz no es un suceso a posteriori, ocasional, producto de una coyuntura en la vida de El Señor. Es verdad que todos los crucificadores de la historia hacen aparecer la cruz como si fuera un daño colateral, pero no es así: la cruz no depende de las circunstancias”.
E líder católico dijo que Jesús nunca huyó de la cruz, sino que “la abrazó en toda su integridad ¿Por qué Jesús abrazó la pasión entera, abrazó la traición y el abandono de sus amigos ya desde la última cena, aceptó la detención ilegal, el juicio sumario, la sentencia desmedida, la maldad innecesaria de las bofetadas y los escupitajos gratuitos pero cuando fue su hora abrazó la cruz entera. ¡Porque en la Cruz no hay ambigüedad! la cruz no se negocia”.
“Es verdad que hay algo de la cruz que es parte integral de nuestra condición humana, del límite y de la fragilidad. Pero también es verdad que hay algo, que sucede en la cruz, que no es inherente a nuestra fragilidad, sino que es la mordedura de la serpiente, la cual, al ver al crucificado inerme, lo muerde, y pretende envenenar y desmentir toda su obra”, dijo el Papa.
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