CIUDAD MÉXICO - Por lo menos 23 niños raptados a los cuales obligaban a ganar dinero para ellos tenían los integrantes de una banda en el Estado de Chiapas, muchos de los cuales eran de 2 y 8 años de edad y algunos ya adolescente de entre 10 y 15 de edad.
Fue la incesante búsqueda de otro niño raptado de un mercado en el sur mexicano hace tres semanas lo que hizo posible que la policía a descubriera la banda que a la mayoría los obligaban vender baratijas en el calle.
Asimismo, en la vivienda donde estaban raptados, ya que no tenian intenciones de cobrar dinero por su liberación, también fueron encontrados tres bebés de entre 3 y 20 meses también fueron encontrados también en la ciudad colonial de San Cristóbal de las Casas, los que se supone son hijos de los bandoleros.
La oficina del fiscal del estado de Chiapas dijo que los menores raptados fueron arrebatados a sus parientes y mantenido en condiciones inhumanas y que algunos dijeron que "fueron forzados por la violencia física y psicológica a vender artesanías en el centro de la ciudad", y que eran mal alimentados ya que todos tenían signos de "desnutrición y condiciones precarias".
"Según los niños, muchos de ellos se vieron obligados a salir a la calle a vender cosas, y además se vieron obligados a regresar con una cierta cantidad mínima de dinero por el derecho a obtener comida y un lugar para dormir en la casa", dijo el fiscal estatal Jorge Llaven.
Según un video presentado por los fiscales y divulgado por el portal Noticieros Televisa, muchos de los niños dormían en lo que parecían ser láminas de cartón y mantas en un piso de cemento, maltatado por los bandoleros entre los cuales hay tres que pueden enfrentar cargos de trata de personas y trabajo forzado.
Los niños fueron entregados a las autoridades de bienestar infantil por las autoridades que mostraron las fotos de algunos con la cara borrosa para proteger su dignidad, tomadas mientras almorzaban después de su rescate.
La búsqueda se inició por la desaparición el 30 de junio de Dylan Esaú Gómez Pérez, de 2 años y medio, cuando estaba con su madre en un mercado público en la ciudad de San Cristóbal.
Una cámara de vigilancia de una tienda cercana mostró que una niña que parecía tener unos 13 años había agarrado al niño de la mano y se lo llevó, lo que planteó la posibilidad de los raptados también eran obligados a raptar a otros menores.
Después de la desaparición del niño, que según los informes habla el idioma indígena tzotzil, su madre y sus familiares comenzaron una campaña desesperada para localizarlo.
Entrevistada frente al Palacio Nacional en la Ciudad de México, su madre, Juana Pérez, dijo que las autoridades le dijeron que su hijo aún no había sido encontrado y que ninguno de los niños rescatados es el suyo, lo que supone que hay otras bandas o que a lo mejor ya no está con vida.
El padre del niño emigró a California para encontrar trabajo y, por lo tanto, Pérez, de 23 años, tuvo que criar a Dylan y a su hermana sin el sostén paternal.
Ella lo describió como un niño gordito y feliz, que vendía a los vendedores apodados "Gordito", y entre lágrimas pidió ayuda para encontrarlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario